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Hace unos años, con el convencimiento de mejorar y tener una granja más sostenible, decidimos adquirir una finca para producir el alimento de nuestras vacas.

En nuestra granja, al no existir arrobaderas en la zona de comederos, recogemos heces y orines de nuestras vacas mezcladas con el material absorbente de sus camas.

Es lo que se llama estiércol total, sumando la fracción sólida, la líquida y el material absorbente y que, según diversos estudios, es el ideal para el autocompostado.

Tradicionalmente destinábamos el estiércol a plantaciones de cítricos y otros frutales cercanos a nuestra granja, pero el estiércol se entregaba sin ningún tratamiento adicional tras retirarlo de las camas de nuestras vacas. Aún siendo muy valorado por nuestros agricultores vecinos, el producto se entregaba en crudo, simplemente con unos volteados con pala excavadora.

Nuestra finca agrícola es el destino del estiércol que conseguimos gracias a un sistema de compostaje. El excedente va destinado a plantaciones de cítricos y otros frutales de agricultores vecinos a nuestra granja.

La transformación sostenible que ha sufrido nuestra granja con el compostaje ha sido un proceso complejo. En primer lugar, construimos una gran plataforma de terreno de unos 20.000 metros cuadrados donde se levantó la tierra, se dispuso una lona de plástico en el fondo y se volvió a cubrir de tierra y zahorra compactada para evitar filtraciones en un grosor de aproximadamente 2 metros. La compactación y la garantía de impermeabilización se asegura con catas del terreno analizadas por una empresa especializada. La plataforma se rodea con una valla natural de balas de paja de unos 5 metros de altura para evitar los malos olores.

Posteriormente adquirimos una máquina especializada en el compostaje que facilita el picado y el removido del estiércol y es mucho más eficiente respecto al trabajo con pala excavadora, con la que conseguimos que a lo largo de 4 semanas desde que el estiércol se saca de los patios y con 3 volteados por semana (12 en total) el estiércol esté listo para su distribución en el campo.

Reducimos la huella de CO2 y caminamos hacia la circularidad total en nuestra granja.

Nuestros abonos disponen de certificado de calidad.
Son utilizados en nuestra finca agrícola donde producimos el alimento de nuestras vacas.
Este proceso nos permite reutilizar los residuos y no depender de intermediarios.

Ventajas del estiércol compostado

Un estiércol compostado es muy fácilmente dispersable sobre el terreno a abonar al no estar compactado, en comparación con el crudo, mucho más húmedo y pesado.
El estiércol compostado tiene la ventaja de estar libre de bacterias patógenas.
Es un aporte extraordinario de materia orgánica al suelo a fertilizar, haciéndolo más esponjoso y con mayor capacidad para retener agua.
El uso de estiércol compostado, respecto al crudo, favorece la flora microbiana de los suelos donde se aplica y se incrementa su biodiversidad.
En diversas herramientas de cálculo de huella de CO2 (de la leche, en este caso), el hecho de indicar que la gestión de los estiércoles sólidos acaba con un compostado da lugar a una menor huella de carbono respecto a aquellos sistemas donde no se hace.
Contribuye a mejorar las opciones de implementar una economía circular donde el propio abono es utilizado en los cultivos que luego vuelven a comer las vacas de una manera más eficaz porque el rendimiento de los cultivos es mejor.