A través de un sistema informático denominado GEA FT, monitorizamos los movimientos de los animales con unos collares que tienen puestos. La información va directa al ordenador.
De este modo, sabemos cuántas veces se ha agachado para comer el animal, y sacamos un promedio: normalmente es de seis horas, si está por debajo, por ejemplo en tres, puede ser síntoma que al animal le ocurre alguna incidencia y salta la alarma en el ordenador, por lo que enseguida podemos detectar el animal que está por debajo de los parámetros de normalidad.
Otra alerta que nos indica la monitorización es si el animal está en celo.
La vaca está nerviosa, y camina muchísimo más. De unos 200 pasos al día puede llegar a andar hasta 500, entonces pasa a inseminarse.